El pasado mes de julio 9 universitarias del colegio mayor Roncalli de Madrid pasaron diez días ayudando en  Divine Mercy school situado entre Sekuru y Anumarlapudi, en Guntur. Dos de ellas nos lo cuentan.

«Este verano, en julio, un grupo de nueve chicas tuvimos la suerte increíble de trabajar como voluntarias en Divine Mercy School. Los mejores días de mi verano. Desde el momento en que llegamos nos sentimos como en casa, la acogida del personal y los niños, la alegría que reflejaban en sus miradas nos acogió de una forma única. 
Cada mañana los niños corrían hacia nosotras para abrazarnos, esos despertares que a pesar del cansancio eran los mejores. Ver como alguien que acabas de conocer se alegra tanto de verte desde el primer día te hace reflexionar sobre lo simple que es ser feliz. 
En el colegio Divine Mercy school nuestra misión era jugar con los niños, prepararles clases, darles de comer, acompañarlos al autobús… pero lo principal era hacerles un poco más felices, aunque realmente eran ellos quienes nos hacían más felices a nosotras. 
Durante esos días también observamos las enormes necesidades que existen en un país como India. Muchos aspiran a prosperar, pero el sistema de las castas supone una barrera frustrante. Esta triste realidad nos dejó una enorme huella, ya que nos mostró las desigualdades de las personas que viven allí.»

Raquel Peña Mañas

«Esta experiencia en el colegio Divine Mercy logró cambiar la perspectiva en la que vivía diariamente, conociendo personas donde su corazón era bueno y sincero, nunca antes había experimentado una sensación de paz similar a cuando estuve en el colegio, dejando de ser tú mismo para darlo a los demás, todo un regalo de Dios, una experiencia única e inigualable que sin duda repetiría una y mil veces al lado de todos esos niños, profesores y personas increíbles que lograron tocar mi corazón en tiempo récord.»

Camelia Fernández Navarro

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